sábado, 2 de septiembre de 2006

Madrigal triste

¿Qué me importa que seas buena?
Sé hermosa y sé triste; el llanto
añade belleza al rostro
como el río a los paisajes.
La flor se lava en las tormentas.

Te amo más si alegría
huye de tu frente agobiada;
si el horror tu pecho anega;
si oscurece tu presente
la horrible nube del pasado.

Cuando vierten tus pupilas
agua ardiente como sangre;
cuando aunque mi mano te mezca,
tu angustia, agobiante, punza
cual estertor de un moribundo.

Aspiro, divino deleite,
himno delicioso, profundo,
los sollozos de tu pecho,
y creo que te iluminan
las perlas que vierten tus ojos.

Charles Baudelaire,
De Las flores del mal.

No hay comentarios.: