sábado, 17 de febrero de 2007

Fantomas















el comic original y el libro de Cortázar

El post sobre el Santo de mi amigo Gastón me hizo recordar un libro de Julio Cortázar que se llama Fantomas contra los vampiros multinacionales.

En una entrevista, Cortázar explicó que este libro está hecho a partir de un número real del cómic de Fantomas en el que se narraba cómo este tuvo que enfrentar a extraños enemigos de la literatura, que de alguna forma se las habían arreglado para desaparecer los libros del mundo y empezaron a mandar escritores al hospital si estos se atrevían a tratar de publicar algo.

Es en este punto de la narración donde aparece Cortázar, porque es uno de los muchos escritores mencionados (y en su caso, incluso dibujado) en la historieta. Cortázar llama a Fantomas para pedirle ayuda, porque le han dicho que si escribe una novela más ¡lo degüellan!

El Cortázar de carne y hueso encontró el argumento interesante y pensó en modificarlo especificando que los enemigos a los que Fantomas se enfrentaba no eran otros sino la CIA, la DIA, la GUA, la FOA, la REA, etc. Corporaciones interesadas en la destrucción de la cultura latinoamericana.

Puesto que a él no le pidieron permiso para usar su imagen en el cómic, Cortázar no vio problema en tomar algunas de las ilustraciones originales para intercalarlas incluso en el argumento de su narración.

Lo que me parece más interesante es que a pesar de a pesar de ser un libro de 1977, continúa siendo vigente en una Latinoamérica cuyas prioridades siguen sin ser la educación o la cultura, a pesar de que es evidente que son estas las vías mediante las cuales una persona puede realizarse y aspirar a alcanzar la libertad.

El resultado de la tremenda batalla que libró Fantomas en esta super aventura, no se los platico. Mejor chequen este fragmento con sus respectivas ilustraciones intercaladas (haciendo click en cada una de ellas pueden verlas más grandes) y si les gusta, bájenlo completo, se lee en Acrobat Reader.

¡Que lo disfruten!

* * *

De cómo el narrador alcanzó a tomar el tren in extremis (y a partir de aquí se terminan los títulos de los capítulos, puesto que empiezan numerosas y bellas imágenes para dividir y aliviar la lectura de esta fascinante historia).

Provisto de lectura en la forma que se acaba de explicar, el narrador trepó al expreso de París que ya tomaba velocidad, y después de catorce vagones protuberantes de turistas, hombres de negocios y una excursión completa de japoneses, dio con un compartimientos para seis, donde ya cinco confiaban en que con un poco de suerte tendrían más espacio. Pero plok, el narrador puso la valija la red y se constituyó del lado del pasillo, no sin prospectar en el asiento de enfrente a una rubia que empezaba por unos zapatitos con plataforma de lanzamiento estratosférico y seguía en sucesivas etapas hasta una cápsula platinada envuelta en el humito que precede al cero absoluto en Cabo Kennedy.

O sea que estos ñatos estaban así:

Lo más desagradable era que el cura, la señorita y el señor enarbolaban sendas publicaciones en el idioma nacional, tales como Le Soir, Vedettes Intimes, etcétera, razón por la cual parecía casi idiota abrir una revistita llena de colorinches en cuya tapa un gentleman de capa violeta y máscara blanca se lanzaba de cabeza hacia el lector como para reprocharle tan insensata compra, sin hablar de que en el ángulo inferior derecho había un avisito de la Pepsi Cola. Imposible dejar de advertir por lo demás que la rubia platinada desprendía una ojeada cibernética hacia la revista, seguida de una expresión general entre parece-mentira-a-su-edad y cada-día-se-nos-meten-más-extranjeros-en-el-país, doble deducción que desde luego dificultaría toda intentona colonizadora del narrador cuando empezara a reinar la atmósfera solidaria que nace en los compartimientos de los trenes después del kilómetro noventa. Pero las revistas de tiras cómicas tienen eso, uno las desprecia y demás pero al mismo tiempo empieza a mirarlas y en una de esas, fotonovela o Charlie Brown o Mafalda se te van ganando y entonces FANTOMAS. La amenaza elegante, presenta.


LA INTELIGENCIA EN LLAMAS

-Boletos –dijo el guarda.

Un episodio excepcional… arde la cultura del mundo… ¡Vea a FANTOMAS en apuros, entrevistándose con los más grandes escritores contemporáneos!

“¿Quiénes serán?”, pensó el narrador, ya captado como sardina en red de nailon pero decidido a aceptar la ley del juego y leer figurita por figurita sin apurarse como manda la experiencia de placer que todo zorro viejo conoce y acata, un poco a la fuerza es cosa de decirlo. En fin, la cuestión era que…


Cosa de entrar en conversación, hubiera sido tan agradable poder mostrarle una de las primeras figuras a la nena platinada y decirle: “¿A usted le parece que este señor tiene aire de ser el director de la biblioteca de Londres?”, para que ella renunciara por fin a sus Vedettes Intimes con tanto Alain Delon y Romy Schneider, porque en realidad ese señor parecía sobre todo un general retirado de Guadalajara, pero la sofisticada pasajera seguía línea a línea las incidencias matrimoniales de Sylvie Vartan, de manera que hubo tiempo de sobra para que el director de la biblioteca descubriera la ausencia de doscientos incunables, razón por la cual llamó horrorizado al patio escocés, más conocido por Scotland Yard, y el inspector Gerard, en fin, cualquiera podía asistir a la escena puesto que


-¿No le molesta que fume?

-Al contrario, casualmente iba a pedirle fuego –dijo la nena platinada extrayéndose con algún esfuerzo del divorcio de Claudia Cardinale.

-Se me ocurre que usted es italiana –dijo el narrador-, algo en el acento o en el pelo.

-Soy romana –dijo la nena, con gran éxito por parte del cura que le sonrió ecuménicamente.

-Justamente en Roma están pasando cosas terribles –dijo el narrador-, fíjese aquí.

-Non e possibile! –se contorsionó la nena después de mirar fijamente al diarero que anunciaba las nefandas nuevas-. ¿Se da cuenta que además han destrozado la biblioteca?

El narrador prefirió pasar por alto la ligera laguna cultural, máxime cuando lo que sucedía en la revista rebosaba de cultura, las bibliotecas europeas descubrían la desaparición de las obras de Víctor Hugo, Gautier, Proust, Dante, Petrarca y Petronio, sin hablar de manuscritos de Chaucer, Chesterton y H.G. Wells.


* * *

También hay una banda que se llama Fantômas. Y en su disco Director’s cut tienen una versión fantásticamente horripilante de El bebé de Rosemary, la pueden bajar acá.

lunes, 12 de febrero de 2007

Volví !!!

Pues aquí estoy casi cuatro meses después de mi último post !!!

Parece casi imposible no caer en el cliché de decir que han pasado muchísimas cosas desde entonces, así que no me gastaré en tratar de disfrazarlo: han pasado muchas cosas en estos meses!

Viajes

Nueva música

Nuevos libros

Preguntas

Planes

Despedidas

...

Sobre esto y otras cosas estaré divagando... nos vemos en el futuro!