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martes, 12 de febrero de 2013

***


(29 años sin Julio)



No me dejes solo frente a ti,
no me liberes a la desnuda noche,
a la luna filosa de las encrucijadas,
a no ser más que estos labios que te beben.
Quiero ir a ti desde ti misma
con ese movimiento que fustiga tu cuerpo,
lo tiende bajo el viento como un velamen negro.
Quiero llegar a ti desde ti misma,
mirándote desde tus ojos,
besándote con tu boca que me besa.

No puede ser que seamos dos, no puede ser
que seamos
dos.

Julio Cortázar

de Último Round
Editorial Siglo XXI

jueves, 27 de octubre de 2011

Un poema de Fernando Paredes



Cuando me veas barbón
y usando suéter cachemir
no te acerques
no digas nada

... ando mal

traigo caspa en los ojos
lagañas en las manos
mocos en la boca
escurrimientos en el corazón

Entonces soy el cerebro
cansado de pensar

El alma inservible
del viejo transistor

El perro abandonado
por la niña de labios rojos

Y soy también
todo lo idiota que puedas imaginar.

Cuando me veas caminando
y hablándole a la calle
no te acerques
no me llames

ando mal

Se me ocurre matar
a la señora del peinado raro

al estudiante de zapatos blancos

a la muchacha que ríe y ríe y ríe

Se me antoja morir

a las cinco de la tarde

a las diez de la mañana

el lunes el martes el miércoles

y los días de guardar

Se me olvida tu nombre
tu cara
Se me olvida lo que te dije ayer
cuando te quería

Cuando me veas sentado
enfrente de tu casa
llama a la policía
Saca el cuchillo cebollero
Y vigila tras la cortina

Ando mal
y estoy pensando
en subirme a tu cuerpo
morder tu cabello
lamerte las manos
chuparte la boca
romperte el vestido
y quedarme pegado a ti
así
todo el día

Llama a los vecinos
Al presidente de colonia
Al diputado Barraza
A los ángeles azules
A san Benito
A san Cuauhtémoc
A san Nicolás

Llama al imbécil ese que tanto te gusta

Ando mal
y estoy pensando.

Cuando me veas leyendo
un libro de forros desgastados
huye despavorida:

un cadáver exquisito
me está enseñando
a odiar al mundo
con minucia selectiva

Me está diciendo
que todo se repite

una y otra vez
una y otra vez
una dos tres

Me está poniendo en la cabeza
pájaros moribundos
asteroides destrozados
kilos de ceniza
chapopote burbujeante
y gordas cucharadas
de inanición

Entonces soy todos los defectos de la Historia

La garantía vencida el mes pasado

El agujero a donde se te fue la risa

El cumpleaños en que nadie tocó a tu puerta

La sensación
de no estar haciendo
algo bueno
con la vida

Soy algo informe
que te informa
de lo que nunca te querías enterar...

Pero si un día me ves esperando
a que pase un taxi
cerca de la madrugada
y respondo a tu saludo

detente
abre la puerta
invítame a subir
llévame a casa
y platícame sin prisas
cómo es que te va
Pasaremos un buen rato
recordando aquella vez en que…
Fernando Paredes


Tomado del Libro
Al Diablo Adentro
Disculpe Las Molestias Ediciones, 2009, México D.F

miércoles, 21 de septiembre de 2011

10




Me impide hablar el peso de la lengua.
Sin mi consentimiento lima los colmillos,
dándole a la saliva la misión precisa
de existir como trampa transparente.
Y la lengua, ya pez embravecido
por todos los azules del silencio,
busca la insurrección de las papilas
o la trama bullente de sus venas,
para poder narrar su cautiverio
con pequeñas punzadas en el aire
de un paladar nacido para nada
que no sea el gusto de cubrir el hueso.
¿Nombran a Dios al bostezar los peces?
¿Abren la boca con la sed debida?


Francisco Hernández


Imán para fantasmas
Biblioteca Era y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
2004, México DF

viernes, 4 de febrero de 2011

Siento que voy alejándome

Siento que voy alejándome, que voy saliéndome
poco a poco de esta realidad de las mañanas y las tardes
y voy entrando a un mundo que estoy construyéndome
con mis deseos y mis ansiedades y todas las cosas
reprimidas que empiezan a querer salírseme
y que me empujan, casi sin darme cuenta,
en la incertidumbre, allí donde deberé quedarme sola,
donde me da miedo ir, porque sé que tendré que asumir
toda la responsabilidad del haberme dado cuenta,
del saber que no todo es aire y agua y pan y leche
y que hay algo más que nos rodea, que está
en la atmósfera, que nos persigue y espera
para envolvernos en esa belleza dolorosa
que quisiéramos compartir y acercarla a los demás
pero que, al contrario, nos aleja, nos hace sentirnos
irreales, diferentes, como que acabáramos de nacer
a un mundo que no conocimos hasta entonces o como
que hubiésemos llegado de la estrella más cercana
o de la más lejana y estamos abiertos totalmente
a las hojas, al ruido, sintiendo derramarse la vida,
sintiendo que nos acercamos a ésa, la verdadera
realidad, aunque todos crean lo contrario
y nosotros no podamos explicárselo.

Gioconda Belli

martes, 8 de junio de 2010

Sobre La Prosa del Transiberiano


No soy un poeta. Soy un flojo. No tengo ningún método de trabajo. Tengo un sexo. Soy, por mucho, una persona sensible. No sé hablar objetivamente sobre mí. Cada ser humano es una fisiología. Y si escribo, es tal vez por necesidad, por higiene, así como uno come, como uno respira, como uno canta. Es tal vez por instinto; tal vez por espiritualidad. Pangue lingua. ¡Los animales tienen tantas manías! Puede ser también para ponerme en movimiento, para excitarme, excitado para vivir, mejor, tanto y más.


La literatura es parte de la vida. No es algo "aparte". No escribo por profesión. Vivir no es una profesión. No hay así artista alguno. Los cuerpos vivos no trabajan. No me gusta el sudor de mi frente a pesar de las opiniones sanas de un libro, aunque sea famoso. No hay especializaciones. No soy un hombre de letras. Denuncio a los aprovechados y a los arribistas. No hay escuelas. Yo escribiría de otro modo en Grecia o en la cárcel de Sing-Sing. He hecho mis más hermosos poemas en ciudades grandes, entre cinco millones de hombres, o a cinco mil leguas bajo mares en compañía de Julio Verne, por no olvidar los más hermosos juegos de mi niñez. Cualquier vida es un poema, un movimiento. Sólo soy una palabra, un verbo, una profundidad, en el sentido más salvaje, más místico, más vivo.


Por lo tanto, La Prosa del Transiberiano, es de verdad un poema, porque es la obra de un libertino. Puesto que esto es su amor, su pasión, su vicio, su grandeza, su vómito. Es una parte de él aún. Su Eva. La cita que él arrancó. Es una obra mortal, herida de amor, preñada...


Una risa que horroriza. De la vida, la vida. Algún rojo y azul, de sueño y de sangre, como en los cuentos. Me gustan las leyendas, los dialectos, la falta de lenguaje, las novelas policíacas, la carne de las niñas, el sol, la Torre Eiffel, los apaches, los negros y la astucia del europeo quien disfruta silencioso e irónico de la modernidad. ¿A dónde voy? No sé nada sobre ello. En cuanto a mis medios, son inagotables; nací pródigo.


El gato doméstico tiene su abrigo sedoso; su columna vertebral es flexible, eléctrica; se abandona así a sus buenos ejércitos: a sus garras fuertes; él brinca sobre la presa y obtiene lo que él desea. Pero el gato salvaje brinca mucho mejor: su golpe siempre es certero. Tengo altura de gato salvaje.


París, septiembre de 1913




(Texto extraído de la revista Deriva, No. 12, Ciudad de México, noviembre de 2002. 
Con traducción de Víctor Monjarás Ruíz)


miércoles, 4 de junio de 2008

El monstruo de arriba de la cama

Bueno, ya me estaba tardando en traerles este libro, que es el último de poesía que he leído, y en largo tiempo, el que más me ha hecho sentir.

Israel Miranda Salas, que además de ser escritor también hace música, en este Monstruo une sus pasiones y nos entrega una serie de poemas a modo de disco: dividido en dos lados y cada uno con el título de una canción. Pero el rock no termina ahí, su actitud se deja sentir en cada una de las historias que con sencillez y precisión vibran, y como conjunto llevan al lector a preguntarse: ¿Por qué el amor se agota, por qué la cagamos? ¿Por qué siempre terminamos convirtiéndonos en ese monstruo de arriba de la cama que todo lo tuerce y lo destruye? ¿Y qué es lo que hace que tarde o temprano la rueda vuelva a girar, que un día nos levantemos y después de recoger los pedazos de lo que fuimos decidamos comenzar otra vez?

Tal vez porque es la única manera de estar en el mundo, de sabernos vivos; porque es fascinante asomarse al espíritu abismal de otro ser humano... tal vez no. La respuesta ya la ensayará cada quien pero por lo pronto aquí está el libro, que igual que el amor, está hecho de besos, de discos y cervezas compartidas, de promesas y de risas.

* * *

A LETTER TO ELISE

............ I

¿Recuerdas el Wish, los trapos oscuros,
las botas pesadas
y el nido de cuervo en mi cabeza?

Todas las tardes
esperábamos sentados en las escaleras
a que algo grande nos sucediera
y nunca pasaba nada,
............sólo la vida.


Y nunca teníamos dinero,
pero eso no nos inquietaba
pues teníamos los libros
............y los discos
........... y las cervezas
........... y los antidepresivos
........... que encontramos en el abrigo favorito de tu madre
........... una de esas tardes en que jugábamos a ser
........... estrellas de rock.


(Tú eras Nina Hagen,
yo desde luego, Robert James Smith)


Nunca teníamos dinero,
pero teníamos calles
y conversaciones interminables.
Teníamos tiempo
y una maliciosa inconstancia
para eso de las clases y los horarios.
Teníamos un stereo nuevo
y todos los discos de The Cure.


Nunca teníamos dinero,
pero de alguna forma siempre te las arreglabas
para conseguir tequila y naranjada
que solíamos beber en los puentes,
........... mientras el tráfico
........... nos hablaba de un mundo
........... profundamente fastidioso
........... y despreciable.


........... II

Íbamos a conciertos
(que en esos tiempos eran pocos)
con el dinero que le estafábamos
a nuestros amigos.
Así, vimos a Depeche
con los fondos obtenidos
por una guitarra que vendimos tres veces,
y que ni teníamos,
y a Tears for fears
con lo adquirido de botear
(según nosotros)
en respaldo al CEU.
-Apoya la huelga compañero,
estamos luchando por tus derechos-
les decíamos ceremoniosamente.

En esa ocasión nos alcanzó hasta para las cervezas.

. III

Estoy (casi) seguro de que recuerdas el Wish,
lo robamos de una tienda de discos
que estaba en el Centro.
Corrimos como si en ello se nos fuera la vida
y cuando nos sentimos a salvo
no paramos de reír.
Lo dejamos sobre la mesita
y lo contemplamos durante una hora
antes de siquiera abrirlo.


Sonó el primer acorde de Smith,
y luego un clásico fraseo
en el bajo de Simon Gallup
y todos nuestros demonios
............se desataron.

Afirmábamos que The Cure
nos hablaba a nosotros ¿recuerdas?
Lloramos inconsolablemente con Apart
(aún me sigue sucediendo),
después bailamos hasta rompernos,
sin darle importancia a cosas como los pies.


Y simplemente sucedió.
No pudimos evitarlo.
Lo arruinamos todo con saliva y sudor y jadeos.
............Se acabaron las sonrisas,
............las estafas,
............hasta las conversaciones largas
............y las tardes sentados en las escaleras de la escuela.


A cambio vinieron horas y días enteros
............de sexo enardecido,
............de cicatrices,
............de celos.

Pronto ya no quedó nada de nosotros,
sólo la promesa de asistir juntos
a un concierto de The Cure
............(siempre The Cure),
............aunque esto significara
............atravesar el mismo infierno.

No volví a saber nada más de ti.

..........IV

Te vi en el concierto,
ibas con un oficinista.
Yo iba con el mejor de mis amigos.
Ya no eras Nina Hagen
y hace mucho que el cuervo en mi cabeza
emprendió el vuelo.
Al verme me saludaste con ese gesto de
“sabía que estaríamos aquí”.
Te perdiste entre la gente.


Cuando la banda hizo sonar
los primeros compases de Open
comencé a bailar,
seguramente tú hiciste lo mismo.
Es algo que no podemos evitar.


Mi amigo bailaba y lloraba emocionado.
(Ahora estoy seguro de que recuerdas el Wish)

Nunca supimos a dónde fue
todo lo que alguna vez deseamos.

(A veces extraño al tipo que era
cuando estábamos juntos.)

* * *
Descarga aquí el libro completo.

Y si les gusta, no duden en comprarlo! Yo encontré esta colección en un puesto de las Librerías de La Jornada, pero también pueden ponerse en contacto directamente con los editores. El precio es super accesible y vale la pena tener los libros originales, que como objetos son hermosos:

Colección Poesía de la Era del Vacío


lunes, 19 de mayo de 2008

Noticias del mes de Mayo


Noticias del mes de Mayo, es el título de un texto que Julio Cortázar escribió con la finalidad de retratar a los jóvenes que en 1968 salieron a las calles francesas a hacerse ver y escuchar. Se trata de un collage que incorpora frases pintadas en las paredes de París, citas de intelectuales como Daniel Cohn-Bendit, Rudi Dutschke y Marcuse, consignas, opiniones, y mucha poesía.

En el prólogo a los cuentos completos de Cortázar, Mario Vargas Llosa habla sobre esta etapa en la vida de su amigo, dejando claro que la revolución no fué para Julio sólo un juguete con el que su intelecto pudiera recrearse, sino que él la vivió dentro del mundo y también en su persona:

"El cambio de Cortázar, el más extraordinario que me haya tocado ver nunca en ser alguno (...) ocurrió, según la versión oficial -que él mismo consagró- en el Mayo francés del 68. Se le vio entonces, en esos días tumultuosos, en las barricadas de París, repartiendo hojas volanderas de su invención, y confundido con los estudiantes que querían llevar "la imaginación al poder". Tenía cincuenta y cuatro años. Los dieciséis que le faltaba vivir sería el escritor comprometido con el socialismo, el defensor de Cuba y Nicaragua, el firmante de manifiestos y el habitué de congresos revolucionarios que fue hasta su muerte.

(...) Pero el cambio de Julio fue mucho más profundo y abarcador que el de la acción política. Yo estoy seguro de que empezó un año antes del 68, al separarse de Aurora. (...) La próxima vez que lo volví a ver, en Londres, con su nueva pareja, era otra persona. Se había dejado crecer el cabello y tenía unas barbas rojizas e imponentes, de profeta bíblico. Me hizo llevarlo a comprar revistas eróticas y hablaba de marihuana, de mujeres, de revolución, como antes de jazz y de fantasmas."

Venga pues el texto, a cuarenta años de un momento en el que la libertad, la imaginación y el arte, fueron más que palabras escritas en un libro:


Yo vi la edad de oro, la sentí brotar en la ciudad como un tigre de espigas, la edad de oro no era en absoluto de oro, ni siquiera una edad: relámpago entre dos nubes de petróleo, caricia de unos pocos días entre pasado y futuro, yo vi la edad de oro, se llamaba París en mayo, no era la edad de oro pero ardía y brillaba, en cada esquina se buscaban las manos, se abrían las sonrisas, se discutían los quehaceres, se mataban dragones escolásticos, se dibujaba una silueta humana, algo nacía hacia el encuentro algo cantaba desde nuevas gargantas para nuevas memorias.

Hay que abandonar la teoría de la “vanguardia dirigente” para
adoptar la teoría más simple y honrada de la minoría actuante que
desempeña el papel de un fermento permanente, que impulsa a la
acción sin pretender dirigirla.

Daniel Cohn-Bendit

HAY QUE EXPLORAR SISTEMÁTICAMENTE EL AZAR
(Facultad de Letras, París)

Lo único inmutable en el hombre es su vocación para lo mudable; por eso la revolución será permanente, contradictoria, imprevisible, o no será. Las revoluciones-coágulo, las revoluciones prefabricadas, contienen en sí su propia negación, el Aparato futuro.

LA INTELIGENCIA CAMINA MÁS QUE EL CORAZÓN PERO NO VA TAN LEJOS.
(Proverbio chino).

(Sorbona)

EL DERECHO DE VIVIR NO SE MENDIGA, SE TOMA
(Nanterre)

Entonces cachiporras y gases lacrimógenos
calabozo expulsiones: Ya aprenderán hijos de puta.
¿Qué importa, camaradas? Nada es seguro, y eso
es lo seguro. Porque los monolitos
durarán mucho menos que esta lluvia de imágenes
esta poesía en plena calle triturando el cemento
de la Ciudad Estable

Et qu’opposer sinon nos songes
Au pas triomphant du mensonge

Sí, nuestros sueños
una vez más los sueños golpeando como ramas de tormenta
en las ventanas ciegas
una vez más los sueños
la certidumbre de que Mayo
puso en el vientre de la noche
un semen de canción de antorcha la llamada
tierna y salvaje del amor que mira hacia lo lejos
para inventar el alba el horizonte.

DURMIENDO SE TRABAJA MEJOR: FORMEN COMITÉS DE SUEÑOS
(Sorbona)
* * *


Noticias del mes de Mayo,
de Último Round, tomo I
Siglo veintiuno editores
1969


Si deseas leer el texto completo, descárgalo aquí.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Miedo a los perros

Este es un libro que me gustó mucho desde la portada hasta el índice, y no es exageración. Fue escrito y hermosamente diseñado por Israel Miranda Salas, y aunque ya hace tiempo subí algo de él, aquí está otra probadita y si les agrada, bájense el libro completo en la página del movimiento infrarrealista de poesía, en su sección de recién agregados.

* * *

V. [Miedo a los perros]

La luna tiembla

y los perros le ladran

a los fantasmas que alguna vez seremos.

Hoy decidí suspender aquella tarea

(la de escribir diez mil veces que la amo).

Nunca lo entendió.

Tampoco me preocupé demasiado por hacérselo ver.

Tal vez por eso se marchaba a cada rato.

Y tenía una interminable lista de miedos:

a su padre y su mirada lasciva,

a los chantajes de su madre,

a que la manosearan en el metro,

a que la asaltaran en el pesero,

a ponerse demasiado ebria,

a abordar un taxi sola,

a que la engañara,

a engordar,

a quedarse sin dinero,

al monstruo de debajo

de la cama (no, ese es mío),

a un ex novio que la acosaba,

y principalmente

a los perros.

Lo gracioso del asunto es que la mayoría de sus temores eran

justificados. Pero alguien la convenció

(y en verdad que no fui yo, salvo con ese del engaño)

de que sus angustias eran psicológicas.

Empezó a combatirlas con terapia (dos horas a la semana, a $250°° la hora) pero no fue suficiente. Así que entró a un grupo de autoayuda (cuatro horas a la semana, gratis) y no fue suficiente.

Se inscribió a docenas de retiros espirituales, a todo tipo de clubs de superación personal, optimismo, doble A, Yin y Yan, y en fin, hasta uno de recetas macrobióticas. No fue suficiente.

Quise ayudarla con algunos de sus miedos, así que empecé con el acosador. Lo encontramos un viernes por la noche en el Dos Naciones. Le estrellé una cerveza en el cráneo y no volvimos a saber de él.

Eso fue fácil.

Después seguí con los perros. Así que compré uno, un rodwailer, se llamaba Bruce Willis. Era perezoso y gordo; era como un hijo para nosotros. Eso le ayudó mucho.

Un día íbamos rumbo a casa, y antes de tomar la desviación habitual (pues en esa calle había un perro enorme y espantoso) me tomó de la mano y comenzó a caminar con decisión. -No puedo temerles toda la vida- dijo. Me pareció buena idea.

Cundo pasamos frente a ese maldito perro, el muy desgraciado se levantó. Nos miraba fijamente. Dimos un paso y se inclinó hacia enfrente. Dimos otro paso (más pequeño) y gruñó y nos enseñó los colmillos (eran enormes). Otro pasito y el infeliz ladró (¡era un león ese pinche perro!). Ella echó a correr. Mala idea.

Corrí también y el perro se abalanzó sobre nosotros. Corríamos y gritábamos y el perro ladraba y gruñía tras nosotros. Ella tropezó. La maldita bestia empezó a tironearle el pantalón. Ella gritaba. Encontré una piedra de buen tamaño y se la arrojé con todas mis fuerzas. Le di justo detrás de la oreja. La bestia cayó fulminada. Ya en el suelo comenzó a convulsionarse y a vomitar. Se arrancó la lengua.

Ella se levantó. Lloraba. –Vámonos- me dijo.

El perro dejó inservible su pantalón y la caída le destrozó la rodilla izquierda. Necesitó veintisiete puntadas y (obviamente) más terapia. Ahora tiene una horrible cicatriz y ambos tenemos miedo a los perros.

Tuvimos que deshacernos de Bruce Willis.

martes, 25 de septiembre de 2007

Manifiesto de la zorra mutante

Este manifiesto ciberfeminista fue escrito por VNS Matrix, un grupo de mujeres artistas y activistas que nació a principios de los noventa en Australia.


El viento atómico toma tus alas
y eres absorbido retrógradamente en el futuro,
una entidad viajando a través del tiempo por el avanzado siglo XX;
un estuche espacial, un ángel extraterreste,
quizá observando la profunda ruina de un millón de catástrofes;
parpadeo de pantallas de millones,
millones de máquinas concientes;
quema brillante.
Usuarios atrapados en bombardeos estáticos de portadores de fuego,
sin ver la descarga que rasga sus cansadas retinas consumidas.
Suspendida en la beatitud elíptica post-real.
Traga códigos y muere.
Absorta por un torbellino de trivialidad.
Acabas de perderte el siglo XX;
estás al borde del milenio -cuál-, ¿importa?
La disolvencia es lo que está cautivando;
el abrasivo contagio de la fiebre de milenio es futurretro;
catapultando cuerpos con órganos en la tecnotopía...
donde el código decreta el placer y satisface el deseo.
Preciosos applets atavían mi cuello;
soy flujo de binarias, soy ingenio puro;
lee sólo mis memorias, cárgame en tus imaginaciones pornográficas,
escribe sobre mí.
La identidad explota en múltiples morfonemas
e infiltra el sistema de raíz.
Partes innombrables del corto circuito incompleto;
el código de reconocimiento de programas,
pegando agentes de vigilancia en la hipercarretera
que expulsa millones de bits de datos corruptos,
mientras suceden en ataques de pánico esquizofrénico
y viajes de horror.
Así que
¿qué tiene que ofrecer el nuevo milenio a las arcáicas masas sin modem?
¿Agua ubicua? La simulación tiene sus límites.
¿Los artistas de naciones opromidas se encuentran en una agenda analógica?
La red es el niño partogénico del mainframe del gran patriarca.
Está fuera de control. Ella es el sistema emergente sociopático.
Encierra a tus hijos; cubre con cinta adhesiva la boca del coño
y métele una rata por el culo.
Estamos al borde de la lucura y los vándalos están escapando.
Extiende mi fenotipo, nena, dame algo de esa magia popular JAVA
de la que siempre estás jactándote (posiciono mi módem).
Los extropianos estaban equivocados:
hay algunas cosas que no puedes trascender;
el placer está en la desmaterialización, la remisión del deseo.
Somos el accidente maligno que cayó en tu sistema mientras tú dormías y,
cuando despiertes, ejecutaremos tus ilusiones digitales,
alterando tu impecable software.
Tus dedos exploran mi red neuronal;
la sensación de hormigueo en las yemas de tus dedos
es mi sinapsis respondiendo al contacto;
no es química, es eléctrica. ¡Deja de teclearme!
Nunca dejes de teclear mis hendiduras supurantes,
extendiendo mis límites.
Pero en el ciberespacio no hay límites;
en el espacio espiral no existe el "ellos", sólo el "nosotros".
Tratando de evitar la binaria introduzco el cromosoma,
que no es uno
xxyxxyxxyxxyxxyxxyxxyxxyxxyxxyxxyxxyxxyxxy
Ginecógeme, nena, la resistencia es vana;
sedúceme, lígame, mi genoma abandonada como tu proyecto;
envuélveme artificialmente, quiero vivir por siempre;
cárgame en tu futuro PVC; succióname el código.
El sujeto X dice que la trascendencia reposa
en el límite de los mundos
donde, ahora y ahora, aquí y en cualquier otro lugar,
impactan el texto y la membrana,
donde la verdad se evapora,
donde nada es seguro;
ahí no hay mapas.
El límite no es ningún cargador.
El impacto repentino de la ausencia de contacto;
estirándote para tocar, pero la piel está fría.
El límite es el permiso negado, la visión duplicada y la carne necrótica.
Error en la línea de comando...
Párpados pesados se pliegan sobre mis pupilas
como cortinas de plomo.
Besos de hielo caliente;
mi sinápsis con una precipitación estática;
mi sistema es nervioso;
alarido de neuronas moviéndose en espiral hacia la autonomía.
Flotando en éter, mi cuerpo implosiona. Me convierto en luz.
Enciéndeme si te atreves.

miércoles, 9 de mayo de 2007

polaroids


Este libro de poemas lo conseguí en el defe en un puesto de las librerías de La Jornada, de entrada me gustó el diseño (que resultó ser del autor) y ya (h)ojéandolo me llamó la atención su manera de usar el lenguaje, con muchísima sonoridad e imágenes... ja, exquisitas.

La poesía no tiene por qué servir para nada, pero a veces sirve.


IV
(Malabarista de limones)


Ella dice que, por las noches, los poetas le ayudan

a adelgazar su soledad.

Construye soliloquios evitando, minuciosamente,

conceptos trágicos como Tristeza o Desazón

o Sobrepeso. Pero es octubre

y el desconsuelo se le desprende de los árboles.

Por las tardes, en sus ojos, llueve.

Frecuentemente amanece anegada.

Me sumerjo en un balde de latón

que guardo bajo su cama.


Ella no lo sabe, ayer la vi frente a un aparador.

Sus ojitos de roedor

lamentaban llegar (otra vez) tarde
a las ofertas de fin de temporada.

Yo siempre estoy llegando tarde a todo,

así que (casi) la comprendo.


Poco después nos encontramos en un café del centro.

Le regalé un disco de la Dave envuelto

en papel periódico. Ella me regaló a Henry James.


(El tiempo se detiene. Afuera, la Gran Ciudad, oscurece)

Ella no lo sabe, en casa guardo una maleta

repleta de palabras que no le he dicho.

Una en particular

se me enreda (a menudo) en la punta de la lengua.

Le arrojo un par de promesas,

suele utilizarlas como separadores en libros que nunca lee.

Jugamos con la comida, mastica ruidosamente

mientras fracaso como malabarista de limones.

Caen al piso y sonreímos.

*
Polaroids,

R. Israel Miranda Salas
Editorial Pulque Humano
México
2006

jueves, 5 de octubre de 2006

Piedra negra sobre una piedra blanca


Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París y no me corro
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

César Vallejo.

viernes, 15 de septiembre de 2006

Pasa el lunes...


Pasa el lunes y pasa el martes
y pasa el miércoles y el jueves y el viernes
y el sábado y el domingo,
y otra vez el lunes y el martes
y la gotera de los días sobre la cama donde se quiere dormir,
la estúpida gota del tiempo cayendo sobre el corazón aturdido,
la vida pasando como estas palabras:
lunes, martes, miércoles,
enero, febrero, diciembre, otro año, otro año, otra vida.
La vida yéndose sin sentido, entre la borrachera y la conciencia,
entre la lujuria y el remordimiento y el cansancio.

Encontrarse, de pronto, con las manos vacías,
con el corazón vacío,
con la memoria como una ventana hacia la obscuridad,
y preguntarse: ¿qué hice?, ¿qué fui?, ¿en dónde estuve?
Sombra perdida entre las sombras,
¿cómo recuperarte, rehacerte, vida?

Nadie puede vivir de cara a la verdad
sin caer enfermo o dolerse hasta los huesos.
Porque la verdad es que somos débiles y miserables
y necesitamos amar, ampararnos, esperar, creer y afirmar.
No podemos vivir a la intemperie
en el solo minuto que nos es dado.

¡Qué hermosa palabra “Dios”, larga
y útil al miedo, salvadora!
Aprendamos a cerrar los labios del corazón
cuando quiera decirla,
y enseñémosle a vivir en su sangre,
a revolcarse en su sangre limitada.

No hay más que esta ternura que siento hacia ti, engañado,
porque algún día vas a abrir los ojos
y mirarás tus ojos cerrados para siempre.
No hay más que esta ternura de mí mismo
que estoy abierto como un árbol,
plantado como un árbol, recorriéndolo todo.

He aquí la verdad: hacer las máscaras,
recitar las voces, elaborar los sueños.
Ponerse el rostro del enamorado,
la cara del que sufre,
la faz del que sonríe,
el día lunes, y el martes, y el mes de marzo
y el año de la solidaridad humana,
y comer a las horas lo mejor que se pueda,
y dormir y ayuntar,
y seguirse entrenando ocultamente para el evento final
del que no habrá testigos.

Jaime Sabines,
De Poemas sueltos, (1951-1961)
En Nuevo recuento de poemas.

jueves, 14 de septiembre de 2006

No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si

pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti.

Estados de ánimo

A veces me siento
como un águila en el aire.
-Pablo Milanés


Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

Mario Benedetti.

viernes, 8 de septiembre de 2006

aire y luz y tiempo y espacio


ya sabes, la familia, el trabajo,
siempre ha habido algo
en mi camino
pero ahora
he vendido mi casa, he encontrado este
sitio, un estudio grande, tienes que ver qué espacio y
qué luz.
por primera vez en mi vida voy a tener un sitio y tiempo para
crear.

no, hijo, si vas a crear
crearás aunque trabajes
16 horas diarias en una mina de carbón
o
crearás en un cuarto pequeño con 3 niños
mientras no cobras más que
el paro.
crearás como parte de tu mente y de tu
cuerpo
destrozados.
crearás ciego
mutilado
demente,
crearás con un gato subiéndote por la
espalda mientras
la ciudad entera se estremece ante un terremoto, un bombardeo,
una inundación, un incendio.

hijo, aire y luz y tiempo y espacio
no tienen nada que ver con la creación
y no crean nada
más que, quizá, una vida más larga para
encontrar nuevas
excusas para no hacerlo.

Charles Bukowski,
De Peleando a la contra.

sábado, 2 de septiembre de 2006

Madrigal triste

¿Qué me importa que seas buena?
Sé hermosa y sé triste; el llanto
añade belleza al rostro
como el río a los paisajes.
La flor se lava en las tormentas.

Te amo más si alegría
huye de tu frente agobiada;
si el horror tu pecho anega;
si oscurece tu presente
la horrible nube del pasado.

Cuando vierten tus pupilas
agua ardiente como sangre;
cuando aunque mi mano te mezca,
tu angustia, agobiante, punza
cual estertor de un moribundo.

Aspiro, divino deleite,
himno delicioso, profundo,
los sollozos de tu pecho,
y creo que te iluminan
las perlas que vierten tus ojos.

Charles Baudelaire,
De Las flores del mal.

lunes, 28 de agosto de 2006

Las cosas

El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.

Jorge Luis Borges.

miércoles, 16 de agosto de 2006

Una plegaria americana

¿Has sentido el calor del progreso
bajo las estrellas?

¿Sabes que existimos?

Has olvidado las llaves
del reino

¿Has nacido
y estás vivo?


Reinventemos a los dioses, a los mitos
seculares

Adoremos los símbolos de los profundos bosques ancestrales

(Has olvidado la lección
de la antigua guerra)


Necesitamos doradas, inmensas copulaciones

(…)

¿Sabes que nos gobierna la t.v.
La luna es una bestia de sangre reseca
Bandas de guerrilleros lían porros
en el vecino patio de viña verde
y se aprovisionan para la guerra en las inocentes espaldas
de boyeros agonizantes?


Oh gran creador del ser
concédenos una hora más para
redondear nuestro arte
y perfeccionar nuestras vidas


Las polillas y los ateos son dos veces divinos
y moribundos
Vivimos, morimos
y la muerte a nada pone fin
Seguimos viaje hacia la
Pesadilla

(…)

(Le toqué un muslo
y la muerte sonrió)


Nos hemos reunido en este loco
y antiguo teatro
Para pregonar nuestra pasión de vivir
y huir de la multitudinaria sabiduría
de las calles

(…)

Con nosotros fabrica ángeles la muerte
y nos pone alas
donde teníamos brazos
suaves como garras
de cuervo


Basta de dinero, basta de disfraces
Este otro Reino parece con mucho el mejor
hasta que su otra mandíbula revela el incesto
y la relajada obediencia a una ley vegetal


No iré
Prefiero un Festín de Amigos
a la familia Gigante


James Douglas Morrison,
Una plegaria americana (fragmentos), 1970.

martes, 15 de agosto de 2006

Estancias nocturnas

Sonámbulo, dormido y despierto a la vez,
en silencio recorro la ciudad sumergida.
¡Y dudo! Y no me atrevo a preguntarme si es
el despertar de un sueño o es un sueño mi vida.

En la noche resuena, como en un mundo hueco,
el ruido de mis pasos prolongados, distantes.
Siento miedo de que no sea sino el eco
de otros pasos ajenos, que pasaron mucho antes.

Miedo de no ser nada más que un jirón del sueño
de alguien -¿de Dios?- que sueña en este mundo amargo.
Miedo de que despierte ese alguien –¿Dios?, el dueño
de un sueño cada vez más profundo y más largo.

Estrella que te asomas, temblorosa y despierta,
tímida aparición en el cielo impasible,
tú, como yo –hace siglos-, estás helada y muerta,
mas por tu propia luz sigues siendo visible.

¡Seré polvo en el polvo y olvido en el olvido!
Pero alguien, en la angustia de una noche vacía,
sin saberlo él, ni yo, alguien que no ha nacido
dirá con mis palabras su nocturna agonía.

Xavier Villaurrutia, de Nocturnos y nostalgias (fragmento de Obras).

jueves, 10 de agosto de 2006

¿están ante la puerta los amigos
los familiares
tal vez un beso
un apretón de manos?

¿por qué no les dices, madre
que vengan otro día
que uno no nace el día de su cumpleaños
sino al mirar llorar a una muchacha
o al probar ese bocado de durazno
que nos dan en el mercado?

que no insistan
diles,
madre
que no vengan
a decirme que hace un tiempo
yo te desgarraba el vientre
y ese calor que no he sentido desde entonces

que no me digan
que tengo veintitantos años
que tengo la vida por delante
cuando la vida justamente es otro día
que nace
con el primer ojo morado
o con los besos de una novia en el verano

¿es que no entienden
que uno nace
el día en que descubre el chocolate
o un papel con la letra del abuelo
y no este frío y solitario ocho de enero?


Moisés Ramírez, de Manual para cantar.

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