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miércoles, 29 de mayo de 2013

Plástico Cruel


Que la mujer que ames esté en su habitación con otro hombre. Que la ames. Y que ella esté haciendo el amor con otro hombre mientras vos estás en la habitación de al lado. Que llenes el espacio de música para tapar voces y sonidos que luego no podrías nunca olvidar.

Que alguien golpee a tu puerta. Que al abrir la veas a ella envuelta en una toalla. Que te sonría. Que te diga si podés ir a comprar cigarrillos, para ella y para su amante. Que la mujer que ames haya ido hasta tu cuarto a pedirte que, ya que estás vestido, compres cigarrillos para ellos.

Y que vayas, que la quieras tanto.

Que llueva. Que corras por la calle hasta el quiosco a comprarles cigarrillos. Y que llueva mucho.
Que regreses empapado con los cigarrillos. Que la llames. Que golpees a la puerta de su habitación. Que tengas que repetir su nombre. Que escuches los sonidos de algo imprevistamente recomenzado. Que escuches jadeos de placer. Que vuelvas a tu cuarto. Que pasen los minutos como siglos. Que ella, la mujer que ames envuelta en su toalla, llame nuevamente a tu puerta. Que abras y te encuentres otra vez con su sonrisa. Que tengas que sonreír. Que debas imponerle otra sonrisa a tu confusión. Que le des los cigarrillos y que ella te agradezca por haber ido con esa lluvia. Que te pregunte cómo estás. Y que le respondas que estás bien. Y que no sea cierto.

Que la ames tanto. Que te suceda algo así... para que me entiendas.

José Sbarra
Fragmento de la novela Plástico Cruel

domingo, 9 de septiembre de 2007

Marc, la sucia rata


Esta novela me la encontré on-line (vía katarsis-net).
José Sbarra, argentino, heroinómano, verdadero escritor maldito, crea el personaje de Marc: un vago que cuando no está drogándose o intentando suicidarse, gusta de cuestionar con afilado cinismo los dogmas y valores de un policía con el que siempre se encuentra en la calle, asi como de ir construyendo página a página su propia novela: Los pros y contras de hacer dedo, una colección de historias que abordan distintas facetas de la experiencia humana.

* * *

MARC Y EL POLICÍA

-Marc, sucia rata, ese brillo extraño que veo en sus ojos me confirma que usted se ha drogado.

-Oficial, me decepciona, usted dice "este joven se ha drogado", y cierra su mente como si fuera una caja metálica.

-O sea que es verdad. Efectivamente es adicto a las drogas.

-Todos somos adictos a algo en este país. Usted es adicto a su uniforme. Sin él se siente nada. Tiene que aprender a controlarse, oficial, si no algún día va a morir de sobredosis.

-¿Qué dice?

-Sobredosis de uniforme, oficial, se han dado casos terribles.

* * *

LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO

Cuántas veces te besé, pequeña. Cuántas veces mi lengua llenó tu boca, la recorrió como una fiera asustada y se quedó largo rato sin ganas de salir de tu cueva. Cuántas veces mojé tus párpados y tus piernas, y tu espalda y tu entrepierna y tus labios verticales. Cuántas veces tuve miedo y felicidad de tenerte y de perderte. Cuántas veces te llené los pulmones con el humo de mi tabaco. Cuántas veces te aprisioné en tu cuerpo. Cuántas veces secuestraste mi sexo entre las paredes húmedas de tus cavernas y me hiciste saber que nada tenía importancia, que no importaba si la vida me andaba bien o me andaba mal o no me andaba. Cuántas veces no importó nada más que tu mirada y tus increíblemente flacos brazos. Cuántas veces lloraste y cuántas fuiste sólo una pequeña huérfana que se dejaba sodomizar hasta quedarse dormida.