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viernes, 10 de octubre de 2008

Generación & Monografico.net

Con mucho placer y porque-usted-lo-pidió, pongo a su disposición el libro completo que compila jugosos momentos de la Revista Generación y de Monografico.net. Para mayores referencias puede remitirse al post anterior, pero de una vez le cuento que aquí podrá usted recrearse con ensayos donde Juan José Gurrola, Germán List Arzubide, Carlos Martínez Rentería, Juan Villoro, Guillermina Escoto, Eusebio Ruvalcaba, Guillermo Fadanelli, Rafael Tonatiuh y otros más, reflexionan y debrayan sobre la contracultura. Textos que además se encuentran deliciosamente aderezados con historietas y viñetas como estas:

Póngase vivo y hágala suya porque como todo lo que hay aquí, es para usted y es gratis. Si desea saber más y vive en México, compre la revista Generación, usted sabe que vale la pena. Y si lo suyo son los cómics, puede visitar la página de Monográfico.net y bajarse de ahí muchos números en su sección de descargas. Salud!

viernes, 5 de septiembre de 2008

El ataúd de la Contracultura, Guillermo Fadanelli

Hace poco me encontré este librito (mide unos 10 x 15 cms) que reúne algunos artículos de la revista Generación, así como una muestra de las historietas que se publican en Monografico.net. Por tratarse de dos publicaciones que coinciden en ser transgresoras, provocativas y además longevas, nació la idea de hacer esta antología y en ella todos los textos giran alrededor de lo que se ha dado en llamar contracultura: ¿qué es? ¿con qué se come? ¿existe de verdad?

Miguel Brieva

Las letras están a cargo de Juan Villoro, Rafael Tonatiuh, J.M. Servín, y Eusebio Ruvalcaba, entre otros. En esta ocasión les dejo el texto de Guillermo Fadanelli, El ataúd de la contracultura.

Sí... me gusta mucho Fadanelli, me fascina el contraste que hay entre su ficción tosca y nada pretenciosa, y sus ensayos llenos de lucidez y claridad.

ATA

También les cuento que voy a volver a ausentarme porque me van a operar el ojo que me falta. Pero si les interesa checar la revista completa sólo díganlo y cuando regrese la pongo a su disposición. Quizá no sea rápido pero será seguro, y de antemano les agradezco su paciencia.

Cifré

EL ATAUD DE LA CONTRACULTURA
Guillermo Fadanelli

Es difícil encontrar una opinión común respecto de lo que significa en nuestros días la palabra contracultura. Mucho más complicado es ponerse de acuerdo sobre los escritores o artistas que pertenecen o forman parte de este movimiento. A pesar de las claras divergencias, es más o menos común aceptar que la Contracultura representa el conjunto de obras y actitudes que tuvieron lugar en Estados Unidos durante la sexta y séptima década de este siglo con el fin de oponerse a las instituciones y, en general, al pensamiento racional propio de Occidente: el que en Chicago un grupo de hippies se manifestara para proponer a un cerdo como candidato a la presidencia de Estados Unidos nos habla muy bien del espíritu de aquellos años. Otro ejemplo análogo sería la discusión llevada a cabo por dos internos de un pabellón siquiátrico para saber quién de ellos estaba más loco. Uno afirmaba que no había nadie adentro más perturbado que él y como prueba reconocía haber votado por Eisenhower para presidente de Estados Unidos. Su oponente respondió que su locura no era nada comparada con la suya, puesto que él había votado por Eisenhower en ¡dos ocasiones!, finalmente la discusión quedó saldada una vez que el primero confesó estr tan encabronadamente loco que volvería a votar por Eisenhower una vez más, acto que todos en el pabellón aceptaron como el más estúpido y menos cuerdo que sería capaz de hacer un hombre. La discusión tiene lugar en el libro de Ken Kesey, Alguien voló sobre el nido del cucú.

Estos ejemplos nos muestran (hay muchos más) que la Contracultura estuvo ligada a los movimientos políticos que se opusieron al capitalismo, además que estableció relaciones estrechas con el arte y buscó en el Oriente una inspiración para resistirse a la hegemonía de la marcha del progreso. Esta idea de contracultura proviene de una referencia histórica que supone a los escritores beat (Burroughs y sus amigos) como los ejemplos más publicitados de una literatura contracultural. No obstante, en estos días a pocos les interesa la historia y muchos escritores y artistas utilizan indistintamente las palabras subterránea o alternativa para referirse a una contracultura. En muchos casos poco tiene que ver lo subterráneo con la idea de oposición política o la crítica a las instituciones: yo he tenido en mis manos pubicaciones subterráneas de corte fascista, o fanzines que responden sólo al estímulo de las obsesiones personales.

Es imposible hacer un recuento de los escritores que han pertenecido o forman parte hoy en día de la cultura subterránea: igual que un granjero no sabe con exactitud cuántos y de qué tamaño son los topos que se comen sus hortalizas. Lo que sí es posible hacer es sugerir algunos rasgos naturales del supuesto escritor de la contracultura, de entrada, se trata de un escritor incómodo porque trata en sus obras temas tabú, o porque es un escandaloso o porque sus libros rompen las reglas del juego limpio. La última salida a Brooklyn es la novela de un autor incómodo para la estricta moral de la Inglaterra de mediados del siglo veinte: Hubert Selby Jr. La obra fue juzgada públicamente por un tribunal londinense debido a que, según los acusadores, tendía a depravar y corromper a los lectores. En lo personal recuerdo muy bien el pasaje de la novela en la que una mujer embarazada irrumpe en la fiesta privada de un grupo de travestidos para dar a luz, o la crucifixión de un líder sindical acusado de violar a un adolescente (De Selby Jr. hay un libro más o menos reciente: The song of the silent snow).

ATA

Si deseas leer el artículo completo,
descárgalo aquí


Sonia Pulido

HOY ME PONDRÉ UN DISFRAZ SALVAJE...
ME ACERCARÉ SUSURRANTE Y TE CANTARÉ NUESTRO AMOR HASTA LAS LÁGRIMAS.
SERÁN LÁGRIMAS DE RISA, LÁGRIMAS FANTÁSTICAS
Y TÚ SÓLO PODRÁS BESARME HASTA LA MUERTE.


miércoles, 16 de julio de 2008

A=A número siete

Aunque el blog ha pasado por dos etapas distintas y un buen break, para fines cuantitativos esta es la entrada número 100!! Eso me hace feliz y para seguir con el espíritu de compartir eso que nos encanta -que es el motivo por el que estoy yo aquí escribiendo y ustedes visitándome- en esta ocasión les obsequio esta revista que se llama A=A, editada por Deyanira Torres y Pepe Rojo, y bellamente diseñada por Nuria González Pie y Nacho Peón.

La idea es que se repartieron 24 ilustraciones entre 24 escritores, para que escribieran algo a partir de la imágen propuesta, y el producto es este. Una revista con historias grasosas, diálogos, cartas, monólogos mentales, conversaciones telefónicas, guiones, aforismos, crónicas y hasta listas del mandado. Algo para hacer más disfrutables esas largas horas muertas en el camión, en el metro o en el baño.

Incluye textos de gente bien conocida en el under (jojo! el under...) como Kyzza Terrazas, Güili Damage (sí, el Esquizito), Mauricio Bares, Guillermo Fadanelli, Ejival, José Luis Zárate, Alfredo Fernández (de Mamá Pulpa), Joselo Rangel (ya saben de dónde, see), Fran Ilich, Norma Lazo, Rafa Saavedra, Bernardo Fernández (BEF) y Pepe Rojo entre otros (Luis Macías, Ricardo Cárdenas, Jorge Angulo, Luis Rojo, Julián Herrera, Bitchy Blue, GRRR, W. Perec, Cynthia Ramírez, Rafael Tonatiuh, David Rey).

Las ilustraciones están a cargo de Nacho Peón, Rubén Bonet, Bachan, Ida Moh!, Goaud A. Moore, Aliosha del Angel, Julián Herrera, Rodrigo Cruz, la Asociación Brutal Mexicana, Gerardo Yépiz, Miguel Murillo, Adolfo González, Mónica Peón, Eduardo Salgado, Ernesto Villavicencio, Alejandro Magallanes, Tania Candiani, Magdalena Barrón, Alejandro Rodríguez, Carcass, HDT seis.ocho, Julio Orozco, Raymundo López Romero y Raúl Domínguez.

Me acuerdo que esta revista la compré hace como ocho o diez años en un festival en León, Gto. Esa vez también conseguí una Sub y una Nitro. Ahora supongo que ya estará agotada, por eso espero que no haya problema por subirla aquí. Todo el material está debidamente acreditado y este espacio no persigue ningún fin de lucro, sólo busca difundir y hacer accesible a todos un producto muy chido que ya no hay forma de conseguir de otro modo. Espero que los que la lean la disfruten, y si es así, sigan buscando más de estas revistas, que es la mejor manera que tenemos de asegurarnos de que se produzcan y cada vez haya más. Ahh, y si ustedes tienen material como este, compartan!! no sean díscolos ehh!

Traté de escanear la portada, pero como es plateada y brillante, no se pudo. Así que por eso esta vez se las estoy modelando yo. Ja!

MI ALTER EGO. Luis Macías.

Hoy me desayuné un café, un faro y un churro. Es extraño pero siento la panza llena. Antier me pasé unos pedazos de yerba y todavía guardo parte de los tacos de sesos que me comí ayer. Es descabellado traer parte del cerebro de un animal en el estómago. A eso se refiere Burroguhs cuando remite al hombre a su condición canibalesca, depredadora. Sí, seguramente son los tacos, no he defecado en dos días.

UN DISEÑO PARA VIVIR. Ejival.

Necesito oxígeno letal. Necesito más de todo eso que aún no conozco, necesito ruido blanco y atmósfera profunda y delicada. Soy un niño perdido en este supermercado y los colores de las cajas de detergente alivian el estigma emocional de sentirme solo. Mamá y Papá ya se fueron. Me quedo pensando en mis amigos y en los sueños que su familia planeó para ellos. Lo veo en sus caras, no son tan felices. Los resultados no son como les dijeron que iban a ser. Necesito que alguna mano toque mi pelo.

FIXA UN SIGN! R. Svor.

Dame chispas de fe, puta de lenguaje cifrado. Chupa mi pene binario en un abismo darkie para hermanos insaciables. Golpéate con ritmo sádico frente al Sony de importación. Vidéame like a sex shop en eroticolor. Smile or die. Make me feel like un puerco con posgrado. Hagamos un snuff o parodiemos a Candy. Candy en un threesome psomo de HD. Faxéame tu cero-uno abierto. Quiero meter mi lengua en ello. ERESítame con tu oculto simbolismo, con tu status de HIV negativo, con tu dirty telenoticiero (Burroughs es un dios borrado). Agita tu backpack perrita or yeah... take me up to nothing (it's my life, so ESC me!). Mi semen es un chorro de luz que baña los recuerdos de tu infancia damage. Fixa un sign en la frontera del inconsciente Bandai. Can you dream again o prefieres gasolina? Don't touch me, llevo in my head una corona de espinas. A-C-E-P-T-A-L-O, darling, la libertad has always been un alien.

CRÓNICAS CHAQUETAS. Alfredo Fernández.

A mí me gusta masturbarme. A otros les gusta ir al cine o leer o coleccionar estampitas de beisbol, tomar cerveza y gritar en las discotecas o jugar pócar o mirar videos en telehit. A mí me gusta masturbarme y ya.
Ahora mismo tengo ganas de hacerlo, así que voy al baño y pienso en unas magníficas nalgas. No utilizo revistas porque son muy caras y con la imaginación basta y sobra. podría decir que el dinero que ahorro en pornografía, lo aprovecho para comprar alcohol y drogas. Pero eso no es cierto.

QUERIDA MELISSA:
Grrr.

Lo que más me gusta de este lugar es mi peinado. Aquí todos son bien punks.
Además, me ahorro los dulces; todas las noches pasa un cabrón y nos da por mayoreo. Yo creo que son medio socialistas porque a todos nos dan la misma cantidad de la misma chingadera. No hay pedo, últimamente no me preocupan mucho mis inclinaciones políticas. Neto.
Aquí hay puro cabrón importante: está Napoleón, Hitler y el asesino de Colosio y de Kennedy y de John Lennon (ése güey sí se la mamó, me cae). ¿Con quien crees que comí ayer? Con el meritito Jesús Cristo. Tiene problemas de digestión. Graves. Y no sabe sumar.

VIDA INTENSA. Fran Ilich.

Nosotros vivíamos intensamente. Nos despertábamos y nos mirábamos las caras, salíamos al patio a tomar Coca-Cola y al anochecer jugábamos Monopolio. Esa era la vida y la vivíamos intensamente. Otras veces cuando queríamos romper el molde y verdaderamente hacer algo, entonces tomábamos nuestros Nike Air y nos poníamos short, agarrábamos crystal de nuestros cajones y lo aplicábamos al gusto.
Había quien prefería usar focos de luz, pero a la larga eso se convertía en un gasto difícil de mantener, suponiendo que no hubiera manera de conseguirlos gratis. Cosa que generalmente no sucedía sin recurrir a tomarlos de otras casas. A veces se podía, pero llegaba el momento en que los vecinos comenzaban a echarlos de menos cuando prendían el interruptor de luz y no sucedía nada. Y eso era un poco mala onda.

INTIMIDAD. Pepe Rojo.

Chipilo. ¿chica? lyncott. ¿grande? cuatrocientos gramos. mírala que puta. alpura. me gustaría ser. tocino. así. fud. no pienso. zwan. hablar con él. 40%. todos cambiamos. panela. ¿cuánto he cambiado yo? trescientos gramos. no va a alcanzar. suizo. nos matamos. dulce. un poquito. jello. cada noche. pero lo quiero. bimbo. un poquito. integral. quiero un anillo en el ombligo. yesterday. o en. all my troubles. no me atrevo. seem so far away. quiero algo nuevo.

*..........*..........*

A = A, número siete
Editorial Pellejo


Hazla tuya aquí.

lunes, 5 de mayo de 2008

Moho No.13


En esta ocasión dejo por acá una muestra de Moho, la revista que produce Guillermo Fadanelli. A mí me gusta porque el material es crudo y directo, literatura cínica y sin pretensiones al lado de buenos textos sobre filosofía, cómics absurdos, ilustraciones kitsch y una entrevista delirante al organista de un Sanborns.

Lo que les dejo el día de hoy, vendría a ser una contraparte a otro texto de Fadanelli que también es sobre escritores y lectores. No es necesariamente para estar de acuerdo, sino para explorar distintos puntos de vista ¡Disfruten de esta probadita y no olviden que el desayuno es la comida más importante!

* * *

Hace varios días, un amigo joven y escritor (ingredientes miserables) me comentó que publicaría un libro, ¿para qué? le pregunté. Hace falta tener escasa sensibilidad para añadir un poco más de basura al cesto editorial. A nadie le importa tu libro, sólo gastarás papel, espacio en librerías y añadirás un nombre más al directorio telefónico de los escritores. Carajo, le advertí, mejor hazte una puñeta. “Si eso hubiera pensado Moravia o Joyce nos habríamos perdido de sus obras magníficas”, fue el argumento que escogió para defenderse; ya saben que los escritores adoran los mitos, las frases célebres, creen que todo pueden solucionarlo con un buen aforismo. Le pregunté si esperaba vender su libro, a lo que respondió afirmativamente: “Por supuesto, si sólo son mil ejemplares”. A nadie le interesa leer tu obra, y menos en México; prefieren la televisión o el radio, información que no pase por el cerebro, y en caso de que se les ocurriera leer un libro, allí están las parábolas de Cuauhtemoc Sánchez o las sentencias elementales de Luis Pazos, o la chabacanería maternal de las escritoras de realismo magic and wonderful. Y no sólo eso, antes de comprar tu novela preferirán un libro que les aconseje cómo vivir mejor, cómo comer mejor, cómo coger mejor, cómo escupir mejor, cómo ser el primero en comer, en coger, en escupir. Por Dios, ¿a quién le importa tu puta novela? pregunté a mi gran amigo. “Yo no escribo para la masa, dijo el palurdo, sino para las élites, para aquellos capaces de apreciar la literatura, para las sensibilidades poco comunes.” ¿Para los universitarios? pregunté. Porque los universitarios sólo leen a los clásicos y además lo hacen para pasar el examen. Además, mucho antes que a ti, las élites van a leer a Moravia, a Joyce, a Proust, Kafka, Musil, Handke, Canetti, Beckett, Roth, Benjamín y varios miles, y después de leer a los europeos van a seguirse con Carpentier, Neruda, Sabato, Borges, Lezama, Cortázar, Piglia, Arlt, Asturias, Güiraldes, Puig, García Márquez, Donoso, y otros miles, y después van a leer a los mexicanos, a Sor Juana, Reyes, Torri, Guzmán, Yánez, Paz, Fuentes, Spota, Arreola, García Ponce, Ibargüengoitia, Arredondo, y otros miles. Y después van a leer a los escritores que promueven las editoriales (listas de libros más vendidos), y a los jóvenes promesas (escogidos de antemano, naturalmente) y después, mucho después, van a sentarse al excusado y a la mejor allí hojearán un libro tuyo. Y sólo si el libro les fue regalado porque estando los precios de ese calibre, dime si alguien, a no ser que sea tu mamá, va a soltar cincuenta pesos por un libro tuyo; antes comprarían a los miles y miles de escritores que llegaron antes que tú. ¿Qué te parece? ¿No es mejor hacerse una puñeta?

La discusión no continuó. Ningún argumento es bueno para un escritor entusiasmado; no pude disuadirlo y en unas semanas el pobre publicará su novela. Tiene deseos de ser alguien.



jueves, 8 de noviembre de 2007

El libro en el ocaso del humanismo

Este es un ameno y poco pretencioso ensayo de Guillermo Fadanelli, en un afán por plantear algunas preguntas en torno al papel de los libros y el oficio del escritor en nuestra actual sociedad:
¿por qué la gente está cada vez menos interesada en leer?


A ver qué les parece este fragmento:

Tenemos casi un siglo asombrándonos frente al espejo. ¿Qué caso tiene dedicarle una página más a la sociedad de masas? Una multitud va a la plaza para protestar por el aumento en los precios de servicios o para exigir la renuncia de un funcionario. Pero la masa en realidad no está en la plaza, es el ojo que mira extasiado a esa curiosa multitud que reclama airada delante de las cámaras de televisión. Después del mitin, los participantes vuelven a sus casas, encienden la televisión, ven sus rostros en el noticiario nocturno, se reconocen, están allí, son protagonistas. Por unos momentos han experimentado la efímera sensación de ser entes históricos que expresan sus convicciones en la plaza pública. Hace unos años, cuando vivía en el centro de la ciudad de México tuve la oportunidad de ser testigo de una escena que aún no he podido olvidar:

Uno de los pisos más altos de una torre de veinte pisos comienza a incendiarse. Las llamas hacen estallar los cristales. Los empleados corren despavoridos escaleras abajo tratando de salvar su vida. No han pasado más de cinco minutos cuando dos helicópteros de las cadenas más importantes de noticias sobrevuelan el edificio. En diez minutos, cientos de periodistas en tierra y aire están produciendo información sobre el accidente. Los últimos en llegar son los bomberos quienes, además, dan muestras de poseer una tecnología precaria, incapaz de competir con el sofisticado equipo de los periodistas. Sus escaleras no son lo suficientemente largas y sus mangueras tienen cientos de pequeños orificios por donde escapa el agua. El gentío, que desde una prudente distancia observa el siniestro, sonríe divertido. Además el buen humor de los espectadores se puede deducir de este episodio que la sociedad invierte más dinero en la comunicación que en su modesto cuerpo de bomberos: el negocio de la exhibición de la realidad no su transformación.

Jean Baudrillard, quien ha escrito varios libros acerca de la sociedad contemporánea, sostiene que no estamos instalados en el drama de la alienación sino en el éxtasis de la comunicación. Una sociedad carente de ilusiones revolucionarias, ansiosa de noticias que ocupen los cuartos vacíos de su memoria. El joven impetuoso y pedante, Simon Tanner, personaje voz de una novela de Robert Walser exclama: “No quiero un futuro, lo que quiero es un presente. Me parece más valioso. Sólo se tiene un futuro cuando no se tiene un presente.” Así parece expresarse la masa, hundida en el éxtasis de las telecomunicaciones: queremos tener noticias sólo de nuestro presente para de esa manera ser futuro sepultando el pasado.

Nuestros vecinos, las personas con quienes tenemos relación en la plaza pública, en el ciberespacio, carecen en general de opiniones razonadas, están saturados de habladurías, son consumidores de slogans, y no es necesario acudir una vez más a Nietzsche o a tantos escritores y filósofos quejumbrosos para probar que los hombres actuales se sienten más cómodos evitando reflexionar o pensar por sí mismos. ¿Pero acaso se quiere un mundo donde todos sean filósofos? En absoluto, nada más pretencioso además de imposible, sólo que quien renuncia a la lectura no se acostumbra a pensar –quiero decir a ser crítico, a establecer diferencias, a reflexionar e intentar comprender la complejidad de lo real– porque no rebasa los límites de ser pura presencia. Deja morir las palabras en la dulce inmovilidad de la superficie.

El hombre contemporáneo prefiere ver, es mirón, desea ser antes que nada espectador, pero su voz interior se empobrece porque no tiene manera de abrirle paso con una gramática: el paso de lo sensible a lo inteligible se pierde para siempre. Una hipótesis distinta es que el hombre lúdico se ha liberado por fin de la gramática, eligiendo la aventura del caos sobre el lógico ejercicio de cualquier ciencia del lenguaje, y renunciando a poner en juego sentimientos intransferibles, imposibles de ser representados. Ojalá esto fuera posible, pero ninguna sociedad contemporánea puede ya elegir ese camino porque el tren corre a una velocidad que no nos permite descender a riesgo de morir en la caída: el tren corre hacia un final predecible y ridículo. El juego, el arte, lo bello, la actividad impráctica como recursos individuales para estar en el mundo suponen riesgos que una sociedad globalizada obsesionada por elevar los niveles de producción no puede permitirse. La hipótesis del triunfo del hombre lúdico hace agua por todos lados.

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En busca de un lugar habitable,
el libro en el ocaso del humanismo.

Fadanelli, Guillermo.
Ed. Almadia, 2006.

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