domingo, 21 de marzo de 2010

Armando Vega-Gil, dos cuentos



Además de todo su desmadre como parte de la genial Botellita de Jerez, Armando Vega-Gil, se ha dedicado a un chingo de cosas más. Ha transitado por la literatura, el periodismo, el cine, el radio, el teatro y hasta de trata de blancas y de narcomenudeo se le acusa al canijo. 

Dentro del campo de las letras, se le ubica sobre todo por sus crónicas rockeras desmadrosas y escatológicas, que todos conocemos bajo el nombre de "Diario Íntimo de un Guacarrocker", publicadas durante muchos años en la revista La Mosca. Sin embargo, sus incursiones dentro la escritura no terminan ahí.  En el 2006, se hizo merecedor del codiciadísmo -ay sí- Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí, lo cual lo consolidó como un escritor "serio" (ja), más allá del contexto contracultural (jaja). En todo caso, lo cierto es que el Vega-Gil, es todo un estilo por sí mismo y, tomando como estafeta el humor, en su arista más negra y guarra, es capaz de recorrer toda una gama de temas y matices muy poco explorados por otros escritores. 

Aquí les dejo un par de cuentos, incluídos en su antología "CUENTA REGRESIVA, y otras fábulas supernumerarias". A ver qué les parece el guacarrocker: 






(PD. Karla Verde anda desaparecida. Esperemos que vuelva pronto. Mientras tanto, parece que me dejó a cargo del changarro. A ver qué pasa).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola oye sabes como esta kaelita, si puedes dile que soy Joca y bueno q la busque. gracias

Anónimo dijo...

Hola te mando gratos saludos, este es un buen libro ingenioso y divertido, que bueno que ya volviste a las andadas y de que manera. aqui en toluca Armando Vega Gil lo presento hace como dos años y ahi estube refinandome de viva vos del autor estos cuentos, chido hasta siempre.
atte marco x

Carlos dijo...

Hola Joca. No, la Karlita anda de plano desaparecida. Creo que anda buscando aislamiento por lo de su bebo, ja. Si encuentro forma de comunicarme con ella le digo con gusto que te busque.

Marco X: El Armiados es bien cagado cuando lee sus textos en voz alta. Por acá seguimos, carnal.