El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, está planteado en forma de diario, y recoge las impresiones, anécdotas y temores de un escritor que ya puede vivir de su trabajo, pero no se considera domesticado, se da cuenta de que sigue dejando semen y sudor en sus páginas, aunque ahora ya no sea su vieja máquina la que las escriba, sino su computadora, y no deja de observar sin autoengaño las ironías y pruebas a que la fama y el reconocimiento pueden someterte cuando fuiste un joven que se la pasaba borracho y nunca tenía para la renta, y luego de ser cartero casi hasta los cincuenta años, es cuando junto con su editor John Martin, decide dejar su empleo y probar suerte, con el resultado que ahora todos conocemos.
Bukowski divide sus últimos días entre su esposa Linda, la escritura ("Tienes una sola oportunidad y se acabó. Sólo quedan páginas, así que más te vale que echen humo") y como el gran observador que es, tiene mucho qué decir acerca del oficio del escritor, la música clásica y la gente. Esa gente que tiene que soportar si desea que arreglen su coche o le tapen las muelas, a pesar de que los considere pesados y monótonos. Esa gente que él sigue sintiendo tan lejana como cuando era joven y vagaba por la calle buscando algo, pero ya sin la esperanza de entonces, de encontrarlo.
El capitán... es un libro que le recomiendo ampliamente a quien ya haya leído a Charles Bukowski. Si tú aún no lo conoces, pero te interesa hermanx, yo sugiero que empieces con Cartero, le sigas con La senda del perdedor, te recetes La máquina de follar, Mujeres, Hollywood y todos los poemas que quieras, y ya entonces le entres a este librito, que te va a completar muy bien el panorama y seguramente vas a disfrutar.
15/09/92 .....................................01.06 h.
—Creo que me sentiría un poco ridículo si voy allí sólo por estas marcas. Les entra gente cubierta de sangre, que ha sufrido accidentes de coche, apuñalamientos, tiroteos, intentos de suicidio, y yo lo único que tengo son las 3 marcas estas.
—No quiero despertarme por la mañana con un marido muerto —dijo Linda.
Me lo pensé unos 15 minutos.
—Muy bien, vamos —dije.
—¿Sí? —nos preguntó.
—Creo que me ha picado algo —dije—. A lo mejor hay que echarle un vistazo.
Le di mi nombre. Estaba metido en el ordenador. Última visita: cuando tuve la tuberculosis.
Entré en una sala. La enfermera hizo lo de costumbre. Tensión arterial. Temperatura.
Luego el médico. Me examinó las marcas.
—Parece de una araña —dijo—. Suelen morder 3 veces.
Me pusieron una inyección antitetánica y me prescribieron antibióticos y Benadryl.
Pasamos por una farmacia que abría toda la noche para comprar los medicamentos.
Tenía que tomar una cápsula de Duricef 500 mg cada 12 horas. El Benadryl, una cada 4 o 6 horas.
Y empecé. Y esto es a lo que iba. Un día después o así empecé a sentirme como cuando estuve tomando los antibióticos para la tuberculosis. Sólo que en aquella ocasión, debido a mi estado general de debilidad, apenas podía subir y bajar por las escaleras, y me tenía que ayudar agarrándome a la barandilla. Ahora era sólo la sensación de náusea, la flojera mental. El cuerpo entero enfermo, la mente entera aplanada. Al tercer día me senté al ordenador para ver si salía algo. Y allí me quedé, sentado. Así es como debe sentirse uno, pensé, cuando finalmente te abandona. Y no puedes hacer nada. A los 72 años, siempre era posible que me abandonara. La capacidad de escribir. Era un miedo. Y no se trataba de la fama. Ni del dinero. Se trataba de mí. Necesitaba el desahogo, el entretenimiento, la liberación de la escritura. La seguridad de la escritura. Aquel maldito trabajo. Todo el pasado no significaba nada. La reputación no significaba nada. Lo único que importaba era la siguiente línea. Y si la siguiente línea no llegaba, estaba muerto, aunque técnicamente estuviera vivo.
Ahora, mañana, tengo que ir a ver a mi médico de cabecera para que me diga si necesito más antibióticos o qué. Sigo teniendo las marcas, aunque ya no son tan grandes. ¿Quién sabe qué demonios puede pasar?
Ah, sí. Justo cuando me marchaba, la amable señora del mostrador de recepción empezó a hablar de picaduras de araña.
—Sí, tuvimos aquí a un chico, una vez, de unos veinte años. Le picó una araña, y ahora está paralizado de la cintura para arriba.
—¿En serio? —le pregunté.
—Sí —dijo—. Y luego tuvimos otro caso. Un hombre que...
—No importa —le dije—. Tenemos que marcharnos.
—Bueno —dijo—, que tengan una buena noche.
—Y usted también —dije.
* * *
Editorial Anagrama.
2000.
Descárgalo completo aquí.
8 comentarios:
Me encanta este libro. Recuerdo que cuando lo leí me gustó tanto que "lo tome prestado indefinidamente" de la biblioteca de mi prepa y todavía lo conservo... Es genial y sincero como siempre, a pesar de que la fama ("la diosa perra", como la llamaba D. H. Lawrence, favorito del buen Hank) ya lo había alcanzado.A mí también me pasa eso de preguntarme cada mañana después de calzarme los zapatos: ¿y ahora qué demonios?
Excelente post Karla, pero no estoy seguro de que fuera lo ùltimo que escribiò, me parece que lo ùltimo fue su grandiosa novela detestivesca "Pulp".
Yo estoy ahorita leyendo "Noche de escupir cerveza y maldiciones", su correspondencia con Sheri Martinelli, està super recomendable!
Saludos (:D)
hola! karlita y youp siempre tan conmemorativa & llenita de pedacitos de vida perdón) aaa creo que nos conocímos leyendo a Buk y otros libros de baño ja! los baños que cuartos! , y yo también me robé mi primer libro de Buk de la escuela, algo bueno me tenía que dejar!, fue Mujeres y sniff una vez le hice un dibujito donde de su cabeza como rayos lumínicos de un Santo son cigarros que asu vez son las gradas de una carrera de caballitos con una multitud muy diversa ovacionada , el trae su máquina underwood abrazada y ve hacia la izquierda donde están las piernas de una mujer calentandose con una fogata hecha de envases de cerveza y solo se le miran el final de su cabellera pelirroja, unos gatos juegan con las botellas y toman su calor (?) son tres , dibujar gatos mmmm, y parece que escuchan un radio , Mahler? música clásica, ahí esta el radio pero una pila esta salida y es Rayobac , ¡¿hay una mas chafa?, y desde su antena brotan unas ondas hacia el cielo inmensamente profundo donde al parecer localiza una nave alienígena con unos marcianos enviando ondas hacia el radio pero como no tiene pilas no les llegan, o no tienen tiempo para eso , de lado de buk sale un humo del cigarro de la chica pelirroja , linda? formado por un susurro de sus labios que dice OH HANK, :P, ya lo rompí :S y tiré, ai bueno también tiré el cuadro del Dufi y ese se lo llevaron luego luego ;P besos, joquita
ahhh y hace rato antes de entrar a tu blog me metí o intente meterme toda la mano a la boca como en esa foto!!! y pensé en el
joquita
librazo!
me prestaron una edición ilustrada con dibujos de no recuerdo quién.
no la he regresado y no lo haré nunca jejejjej
saludos amiga!
hahaha me enorgullece ver cómo Bukowski despierta en todos mis amigos sus más bajos instintos vandálicos!!
creo que Hank estaría orgulloso, muchachos ;) los quiero.
Me ha encantado este post sobre Bukowski,con imágenes añadidas.Admiro mucho su obra,porque leyendole con profundidad encontramos también a un gran filósofo de la calle,de la vida,surgido del infierno de los trabajos basura,de sórdidas pensiones,etc.y no obstante,se aprecia un sentido poético y romántico en él.Bukowski fue el padre de la verdadera subcultura cogida de primera mano.
Excelente post Karla.
Besos y un fuerte abrazo.
Francisco, no podría estar más de acuerdo contigo. A mí también me fascina el grado de complejidad y precisión que Bukowski es capaz de alcanzar en algunos de sus textos, y la forma en que descubre la belleza incluso en lugares ordinarios.
Gracias por tus palabras, y por pasarte por acá. Saludos y abrazos :)
Me parece más recomendable empezar con Run with the hunted.
Igualmente de acuerdo con Francisco y contigo. Sin embargo, lo que a mi más me gusta es la profundidad en la simpleza de su discurso.
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